jueves, noviembre 10, 2005

Carta del Doctor Galán


Café

Estimado amigo Francisco Javier. Vivimos una época de mucha información, que ha beneficiado en diversos aspectos, pero también ha acarreado que informaciones se generalicen y se deformen. No todo es idéntico en el ser humano, hay factores, genéticos unos, sociales y culturales otros, que nos hacen diferentes. Te preguntaras porque te digo esto. Está en relación con una bebida que a últimas fechas ha sido “satanizada”, se le han buscado tremendos efectos negativos. Se que tu provienes de una familia y de una “raza” bebedora y conocedora de este producto, pero nuestros conocidos y la sociedad de consumo en nuestro país esta influenciada de manera no muy acertada respecto a ella. Por lo mismo te anexo algunos datos y comentarios esperando, tu docta opinión.
¿Quién no ha pasado una tarde platicando agradablemente con amigos degustando un cafecito, o saboreando un delicioso helado de chocolate en una tarde de verano. Quizá otros beberán una bebida “carbonatada de color oscuro, o también, si son de gusto refinado, lo harán con una taza de te y unas galletitas. ¿Qué tienen en común los productos?: la cafeína.
¿Y que es la cafeína? Es el ingrediente activo del café, del té, del chocolate, del cacao, de los refrescos (llamados de “cola” y el guaraná) Fue descubierta en las semillas del café en 1820 y unos años más tarde se demostró que la teína, un alcaloide presente en las hojas de té, era en realidad cafeína. Más aún, el té, en peso, contiene más cafeína que el café. Es la droga estimulante más aceptada socialmente y, a su vez, la menos perjudicial. De acuerdo a los expertos, la cafeína, que pertenece al grupo de sustancias llamadas xantinas, estimula el cerebro al interferir en la acción de la adenosina -un transmisor nervioso que produce calma y tranquilidad- y provoca una sensación de euforia y de fuerza durante algunas horas. También facilita la actividad intelectual y la creatividad, al mantener despierto y en estado de alerta a su consumidor. Todo esto ocurre junto con un incremento de los niveles de adrenalina y noradrenalina, que son neurotransmisores activadores.
Según el libro de Farmacología, del doctor Manuel Litter, esta sustancia actúa en distintos niveles en todo el cuerpo. A dosis habituales de dos a cuatro tazas diarias -150 a 250 miligramos- estimula las funciones psíquicas, lo que aparentemente no es seguido de depresión; y se hace más fácil el esfuerzo intelectual, la asociación de ideas y la atención. En el nivel del sistema cardiovascular actúa estimulando el corazón -incrementa la frecuencia cardiaca y la fuerza de contracción- y además aumenta la presión arterial en forma transitoria. Tanto la cafeína como la teofilina provocan disminución del flujo sanguíneo cerebral por vasoconstricción, aliviando de esta manera la cefalea.
Otro efecto importante es que aumenta la secreción de jugos -como el ácido clorhídrico y la pepsina- en el estómago. Esta acción la convierte en una droga irritante de la mucosa gástrica; pero, a su vez, tiene acción antiespasmódica en la vesícula.
La cafeína posee también un leve efecto diurético; aumenta la capacidad de trabajo muscular, refuerza la contracción, retarda y alivia la fatiga. Finalmente, produce un muy pequeño efecto en los pulmones, dilatando los bronquios.

La máxima concentración en la sangre se alcanza entre los 30 y 45 minutos de haberla ingerido. A las tres horas ya se ha eliminado la mitad de lo que se absorbió. (Copyright Bibliomed)
Puedo seguir enviándote algunos otros interesantes datos sobre esta Xantina, que posiblemente se le ha tratado de evitar porque causa FELICIDAD. No quiero pensar que nuestra sociedad trate de eliminar esto, pero mientras tanto, que te parece si en próximos envíos te hago saber las opiniones y datos científicos sobre esta “sabrosa bebida”, la cual tú y yo disfrutamos diariamente.
Permíteme anexar una décima que le hice a esta espirituosa bebida:

Nos llegaste del oriente
tesoro en una semilla,
te engendró de maravilla
natura en forma sapiente…
Eres para mucha gente
su destino, que con fe
se te intuye, se te ve
néctar de vida y aliento,
no falte en nuestro alimento
una taza de café.

Te saludo afectuosamente
Carlos Manuel
Noviembre 05